¿Por qué me sigue doliendo la rodilla dos años después del reemplazo total de rodilla? Cómo reconocer que puede haber un problema y empezar a buscar la solución
De todas las preguntas que recibo en mi sitio web de personas de todo el mundo, las consultas sobre el dolor residual persistente y la hinchazón que no desaparece uno, dos o tres años después del reemplazo total de rodilla (RTR) son las más comunes.
La frecuencia de estas preguntas no es sorprendente, ya que los estudios revelan que entre el 15 y 20 por ciento de las personas que se someten a un reemplazo total de rodilla no están contentas con el resultado. Su rodilla puede “lucir genial” y su incisión puede haberse curado bien, sin antecedentes de problemas de heridas o infecciones. Es posible que se haya corregido cualquier deformidad angular (es decir, rodillas torcidas o piernas arqueadas) para que la rodilla tenga un aspecto “bueno y recto” y la rodilla puede haber logrado un rango completo de movimiento sin sentirse inestable, pero lamentablemente todavía no se siente cómoda.
Estas rodillas que se “ven bien, pero se sienten mal” representan un numero significante de pacientes que han tenido un reemplazo total de rodilla.
Primero, déjeme decir que mis pacientes no experimentan esta alta incidencia de insatisfacción. Atribuyo sus resultados positivos a mi atención para equilibrar los tejidos blandos que sostienen la rodilla usando sensores de presión electrónicos (OrthoSensor) combinados con navegación por computadora para el posicionamiento óptimo de los componentes con un manejo meticuloso de los tejidos blandos. Estoy excepcionalmente en sintonía con las sutilezas y los matices de la cirugía debido a mis muchos años de especialización en el reemplazo de rodillas y caderas y, lo que es más importante, mi experiencia en descubrir qué está mal y revisar un reemplazo de rodilla problemático realizado originalmente por otro cirujano.
En artículos anteriores de mi sitio web he abordado varias razones por las que puede haber problemas con un reemplazo total de rodilla. Ahora quiero centrarme en cuándo es el momento para que los pacientes reconozcan que existe un problema y comiencen a buscar soluciones.
No puedo citar un momento específico en el que la rodilla de alguien está “tan bien como se pueda” porque cada persona es única y mejora a un ritmo diferente. Puedo, sin embargo, compartir lo que me ha enseñado mi amplia experiencia.
Cuando mis pacientes regresan dos semanas después de su reemplazo total de rodilla para retirar las suturas, generalmente están satisfechos y agradecidos. La mayoría ha dejado el andador y el bastón. La edad juega un papel en su recuperación, y es más probable que las personas mayores utilicen estas ayudas para caminar para mejorar su confianza y equilibrio por más tiempo que los pacientes más jóvenes. Después de retirar las suturas, los animo a que comiencen a caminar y hacer ejercicio en una piscina, si es posible. Cuando la mayoría de los pacientes regresan cuatro semanas después para hacerse radiografías, están tan bien que no necesito volver a verlos durante varios años. Este es el escenario típico para mis pacientes. Obviamente, hay valores atípicos, por varias razones.
Algunos de mis pacientes reportan una mejora continua en su rango de movimiento y comodidad incluso hasta un año después de su RTR, pero la mayoría se recupera mucho más rápido. Para algunos, la hinchazón y la sensación de más calor sobre la rodilla mejoran durante los primeros seis a ocho meses. Para otros, queda algún grado de inflamación residual de los tejidos blandos o un cambio en el contorno de la rodilla.
Motivos de Preocupación
La hinchazón residual o llenura de los tejidos blandos de la rodilla es diferente a tener un derrame en la rodilla. Un derrame de rodilla es cuando se desarrolla un exceso de líquido en la articulación de la rodilla. A veces se le llama “agua en la rodilla”. Tener un derrame al principio del postoperatorio es 100% normal y esperado. Este líquido es sangre residual de la cirugía y es reabsorbido por nuestro cuerpo durante las primeras tres o cuatro semanas después de la cirugía. Sin embargo, no es normal que un derrame permanezca o se repita, lo que puede sugerir un problema subyacente. Un derrame recurrente, en el cual el derrame desaparece y luego regresa o se hace más grande y pequeño después de un reemplazo total de rodilla, sugiere que un problema mecánico está agravando recurrentemente la rodilla y creando una sinovitis.
La membrana sinovial es el revestimiento de la articulación de la rodilla que normalmente secreta líquido sinovial para ayudar a lubricar la articulación. Antes del RTR, este líquido sinovial también ayudaba a nutrir el cartílago. Si hay un problema con la articulación, que puede ser mecánico o debido a una infección, la membrana sinovial se inflama y secreta un exceso de líquido. El exceso de líquido puede distender la cápsula articular de la rodilla y causar dolor. También puede restringir el rango de movimiento. Entonces, un derrame residual o recurrente puede ser una señal de que hay un problema con el reemplazo total de rodilla.
Evaluando el Dolor
Sentir algo de dolor después de un RTR es normal, desafortunadamente. Lo que estoy observando, sin embargo, es que mis pacientes hoy en día mejoran mucho más rápido que incluso hace un par de años porque hemos mejorado mucho en prevenir y disminuir el dolor.
He escrito extensamente sobre nuestro régimen de dolor multimodal y otras estrategias destinadas a educar a los pacientes y disminuir el dolor. Estos han hecho un mundo de diferencia. Si bien se espera cierto nivel de incomodidad, el nivel de dolor e incomodidad debe ser lo suficientemente bajo como para permitir que alguien se movilice, se rehabilite y duerma cómodamente después de un reemplazo total de rodilla. El dolor debería ir disminuyendo con cada día que pasa. Si el dolor no está disminuyendo o está en un nivel tan alto que uno no puede rehabilitarse o dormir cómodamente, esto también puede ser una “señal de alerta” de que algo anda mal.
Rara vez veo pacientes que regresan para su visita postoperatoria de seis semanas quejándose de mucho dolor. La mayoría está completando su fisioterapia y tomará una “pastilla para el dolor” antes de su sesión de terapia. La mayoría de los pacientes interrumpen la fisioterapia formal después de esta cita y continúan por su cuenta. Y la mayoría ya no toma analgésicos en un horario de 24 horas, que es lo que hacían inmediatamente después de irse a casa del hospital. En cambio, están tomando medicamentos para el dolor solo cuando es necesario.
También debemos tener en cuenta que, si bien el dolor es muy real, también es muy subjetivo. Algunos pacientes reportan muy poco dolor después de su cirugía y otros experimentan dolor a un nivel mucho más alto. Si un paciente ya toma narcóticos antes de un reemplazo de rodilla, entonces su umbral para el dolor es más bajo y el tratamiento requiere dosis mucho más altas.
Próximos Pasos
Habiendo dicho todo esto, experimentar un dolor significativo varios meses después de un reemplazo total de rodilla no es típico ni esperado y puede indicar la necesidad de un estudio adicional para buscar su causa.
Las rodillas enteras funcionan extremadamente bien cuando los componentes están orientados de manera óptima entre sí, la extremidad está alineada de manera óptima, la funda de tejido blando de importancia crítica que sostiene la rodilla está equilibrada y permite que la rodilla se mueva perfectamente a través de un arco de movimiento normal con el patrón de movimiento complejo de la rodilla reproducida y sin infección. Cuando todos estos factores se unen como una sinfonía, los pacientes quedan satisfechos. Cuando no lo hacen, la rodilla puede sentirse inestable, rígida, hinchada o con dolor. Le sugiero que regrese con su cirujano y comparta sus quejas e inquietudes. Si no está satisfecho y sus preocupaciones no se alivian, considere buscar la opinión de otro cirujano ortopédico, preferiblemente uno con especial interés y habilidad para resolver problemas asociados con el reemplazo total de rodilla.
Cuando los reemplazos totales de rodilla no duelen, la función mejora y los pacientes pueden volver a estar libres de dolor, activos y felices.
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